El hilado, la conjugación de tintes, y elementos propios de la naturaleza como el color de la tierra y el aroma de la jarilla, se transforman en ponchos, ruanas, o gorros, en el Taller Municipal a cargo de Alba Paillalaf.
Desde el 2015, la docente originaria de la meseta chubutense revaloriza y hace que perduren a través del tiempo el entramado del telar y el hilado mapuche-tehuelche.
Alba es hija de campesinos, nacida en el corazón de la meseta e influenciada por sus ancestros, tanto mapuches como tehuelches. Hilar, tejer y hacer “chiyas”, fueron actividades que hizo habitualmente como si se tratara de un juego, desde muy pequeña.
Ruanas, caminitos, pashminas, gorros, medias, matras y la más variada producción surgen de las manos de los talleristas de todas las edades.
Las clases se dictan martes y jueves, de 12 a 18, en el Círculo Católico de Obreros (Centenario 130).